Conviene decir para la gente joven que no ha reparado en ellos, que un rulo es un cilindro de piedra de unas cuantas arrobas de peso, unas veces regular, otras veces menos ancho por uno de sus extremos que presenta un eje metálico que sobresale por los lados.
Los trozos de hierro salientes tenían como función la de facilitar el enganche al animal que debía moverlo.
Estas piedras singulares se utilizaban en dos labores bien definidas. Los rulos alargados y más “finos” se destinaban, dicen, para el laboreo de los campos y concretamente en las mismas labores que los actuales rulos que mueven los tractores, es decir igualación y compactación de los terrenos de cultivo. En este pueblo, que yo sepa, este tipo antiguo de rulos no se usaban. Su función la desempeñaban los llamados palos de tablear, porque así, tablear se denominaba a la moderna actividad de pasar el rulo.
El segundo tipo de rulo -al que pertenecen los tres tipos que aparecen en las fotos- estaban destinados al trabajo en las eras. Los troncocónicos (foto 1ª) se usaban para la preparación de la era. Eliminaban las hierbas, machacándolas tras las sucesivas pasadas y al mismo tiempo igualaban el piso, o lo que es lo mismo el empedrado, el típico suelo de las eras que todavía puede verse en decenas de ellas. No obstante, tiempo atrás, existían también eras terrizas, de tierra, en las cuales esta labor del rulo de apisonamiento e igualación del terreno era más visible.
El rulo con estrías, con acanaladuras, que podemos ver en la foto sirviendo ahora de contundente pie de mesa, dicen que se utilizaba como otro método de trilla. Su menor peso y las acanaladuras posibilitarían –al contrario que el rulo macizo- que la mies no fuera arrollada al ser arrastrado por los animales de tiro. Imagino que este artefacto, debido a su peso y a la escasa superficie de contacto con la mies no era el más indicado para trillar en eras empedradas, aunque es muy posible que su aprovechamiento fuera sensiblemente mejor en las de tierra.
El tercer rulo ha tenido este ignominioso final: servir como un simple pedrusco en una pared cualquiera. Se puede ver en el Terrero, y para ello solo tenemos que apartar las hierbas, que para más inri, lo tienen totalmente oculto a la vista de la gente.
ROBLEDO, tiempo atrás 