De la E a la P

En el listado aparecen palabras de tres tipos, perfectamente diferenciadas:

-Las que presentan un asterisco (*) son vulgarismos, términos no admitidos por la Real Academia de la Lengua Española.
-Las subrayadas, sí que están recogidas como vocablos en el diccionario académico, pero no la acepción, no el significado que se le da a nivel local.
-El resto son palabras correctas pero de escaso uso en la actualidad, aunque en tiempos pasados tuvieron una mayor relevancia por unas cosas u otras.

E
EFARATAR*: Romper, deshacer, estropear. Proviene sin duda de la voz desbaratar.
EFARRAR*: 1. Dar comienzo, empezar. Se usa mucho en el juego de la bolea. 2. En forma reflexiva, resbalarse. “Guárdate en la esquina, que puedes efarrarte”.
EFARRE*: 1. Acción y efecto de efarrar. Se efectúa desde de la línea de salida, que es una raya que se traza con el pie, en sentido perpendicular a la dirección del tiro.
2. Resbalón.
EJARABILLARSE*: Accidentarse, sufrir un pequeño accidente de escasas consecuencias por lo general: magulladuras, torceduras, dislocaciones, alguna fractura….
EJARRAMANTAS*: Inútil, pierdeobrás.
EJARRETAR/SE: Producirse algo de manera repentina y violenta. “Se ejarretó a llover y no pudimos salir”.
EMBLEGAR*: Embregar, meter en briega, comprometer a cualquiera en determinada faena, cuando menos lo esperaba y sin estar mucho por la labor.
EMBOLETAR: Meter en un embolado, en una putada, vamos.
EMBOLETAO*: A punto de, casi. “Estuvo emboletao que lo pillara el toro”.
EMPANCINAR: Acción y efecto de meter mucho, y sin interrupción, en la panza. Hincharse de algo. Se suele aplicar más bien a la ingesta de gran cantidad de agua.

Dibujo de Valeriano Belmonte, el Bueno
Dibujo de Valeriano Belmonte, el Bueno

EMPENTA*: Voz antigua que se usaba para designar todo lo que sirve de apoyo o sostén. Ejemplos son un palo, una tranca –que sujetaba el puchero en la lumbre-, una persona, etc.
EMPENTARSE*: Apoyarse. Las más de las veces se utiliza como reproche “No te empentes tanto, que tiras la carga”.
EMPERIFOLLAR/SE: Envolver o envolverse en perifollo, excederse en el atavío personal. Lo suelen hacer quienes pretenden llamar la atención más por la cáscara que por la nuez propiamente dicha.
EMPINGOROTARSE: Volverse pingorote, enderezarse lo encogido, levantarse lo que estaba tumbado.
EMPORCAR/SE: Ensuciar/se. Cuentan que una mujer de Peñascosa, después de cambiar de ropa a sus hijos, les daba unos cuantos azotes en el culo.
-¿Y por qué les pegas a los chiquillos- se ve que le dijo una vecina.
-Pa que no se empuerquen.
-¡Pero si están limpios!
-¡Claro! ¡Pues por eso! ¡Es que si les doy cuando se ensucien, entonces ya es tarde!
ENCALORARSE*: Acalorarse, acumular en el cuerpo más calor del conveniente. Se reconoce por un enrojecimiento de la cara, por exteriorizar las calorizas con las oportunas exclamaciones o por una excesiva sudoración.
ENCANGRENARSE: Enfadarse mucho, mucho. “Anda y tira, que me tienes encangrenao”.
ENCARNADO: Bonita palabra para llamar a todo lo que hoy es de color rojo.
ENCASQUETAR: 1. Pegar, atizar golpes. “Le encasquetó dos hostias muy bien das”.2. Endosar, cargar con algo inesperado.
ENCENAGAR/SE: Literalmente, mancharse de cieno. Coloquialmente, mancharse mucho de cualquier cosa.
ENCERRIZAR/SE: Empeñarse, ponerse cabezón, volverse cerril en un asunto u opinión.
ENCOMEDIO*: Locución adverbial local que equivale a “en medio”. “Tú échate por encomedio y yo me voy por loalto el vallejo”.
ENDEREZAR/SE*: Estirarse, levantarse lo que andaba caído. “Le dio un tiro y pegó la trompiquilla, pero… ¡tardó en enderezarse y meterse entre las matas!”.
ENFLOSCAR/SE*: Ensuciarse, ponerse perdío de algo.
ENFRASCAR/SE: Ponerse manos a la obra en asuntos de especial dedicación o dificultad.
”Tu vete delante, que yo todavía estoy enfrascao pa rato”.
ENGALÍO*: Acción y efecto de engaliar, comprometer usando de astucia o engaño. “Esos son engalíos de tu hermanico, que te la quiere hurdir”.
ENGARABITARSE: Trepar, subir a lo alto de una árbol, tejado, etc.”Como venía la vaquilla……¡tardó en engarabitarse al carro!”.
ENGARBARSE: Engarabitarse.
ENDE*: Desde.
ENGÜERAR: Perder el tiempo, descansar más de la cuenta, ser presa de la vagancia, estarse más quieto de lo convenido. “¡Levántate ya, que parece que estás engüerando!”.
ENJABLEGAR*: Enjalbegar, blanquear las paredes de casas y corrales. A partir de los años 60 era obligatorio enjablegar las casas y los muros cuando llegaba el mes de junio. Podía hacerse de manera particular o bien pagando este servicio al ayuntamiento que disponía de una máquina y del personal ducho en este cometido.
ENJABLIEGUE*: Pintura blanca tradicional para las casas que se aplicaba mediante suaves golpes con unas pequeñas escobas de barresanto. Como material de pintura se utilizaba cal –más apagada que viva- y Blanco de España, unos polvos blancos que se fabricaban en La Roda.
ENRITAR/SE*: Irritar, irritarse, sacar de quicio, “salir de quicio”. Las madres eran las más afectadas por estas salidas de tono pasajeras.
ENRUMINAO*: 1. Se le dice a la persona o al animal canijo o débil.
2. Oxidado, cubierto de rumín.
ENSOTAR: Beber en grandes cantidades, generalmente agua.
ENVOLETAO: A punto, casi, un poco más y… “Ha estao envoletao de que lo pille un coche en la explanada”.
ERRIBAR*: Acción de echar abajo o tirar a tierra, derribar. “L’erribó dos dientes del cate que le dio”.
ESATURDIR/SE: Desembarazarse de algo, quitarse una molestia gorda o un trabajo penoso de encima.” ¡No he podío venir antes! ¡No podía esaturdirme del cansino de fulano” .
ESCAMOCHAR*: Desmochar, eliminar la parte superior –la camocha- de un animal o de un árbol. “Escamochó la gallina en un tristrás”.
ESCARBAERAS*: Miembros inferiores de ciertas aves que les servían para escarbar, de ahí su nombre. Estas patas de gallos, gallinas y pollos solían estar presentes en los guisados. “A mí no me gustan las escarbaeras, prefiero el alón”.
ESCARPÍN: Calcetín.
ESCAVILLO: Hermano pequeño de la azada con la que guarda proporción tanto en el astil como en la hoja metálica. Dado su menor tamaño y su mayor facilidad de manejo se utilizaba en las labores más delicadas en las huertas.
ESCAYOLAR: Según Morete contraer matrimonio, casarse, pero sin demasiada convicción o más bien a disgusto.
ESCLAFAR: 1. Expeler “un gas personal” poco agradable. “¿Quien a sío el que se ha esclafao?”. 2. Estrellar, estampar o estamparse un objeto o persona “Esclafé unos huevos en la sartén y con aquello cenamos”.
ESCORNARSE: En sentido metafórico, esforzarse mucho, darlo todo en lo que se lleva entre manos.
ESCUAJARINGAR: Romper, descomponer, desastrar.
ESCUCHIMIZAO: Persona de pocas chichas y aspecto mejorable.
ESCUPITAJO: Esputo, pollo, salivazo. El escupir era considerado antes como algo muy feo, porque se consideraba “cosa de judíos”. Sin duda, el origen de esta expresión arranca de los que recibió Cristo en su Pasión.
ESCURRICERO*: Lugar elegido por los chiquillos para escurrirse, un ejercicio muy divertido. Los mejores eran los que estaban en pendiente y cubiertos de hielo o nieve.
ESFALFOLLAR*: 1. Desfarfollar, quitar la envoltura a las panochas de panizo.
2. Fig. Desvirgar a una doncella.
ESMOTAR*: Desmotar, limpiar de impurezas las legumbres y prepararlas para echarlas al puchero. Solían hacerlo las mujeres cuando les hacía falta para la comida y en las noches de invierno para entretener las veladas. Los hombres solían esmotar en el bar, ya que los tantos de juegos como el truque o el tute se anotaban normalmente con habas o garbanzos. Algunas mujeres, cuando tenían al marido entretenido en estos juegos y alguien preguntaba por ellos respondían: “Está esmotando habas en ca el Zapatero”.
ESNUCLAR*: Desnucar, más que a otros animales, a conejos y liebres.
ESOLLAR*: Desollar, quitarle la piel a los animales para echarlos a la cazuela, caso de conejos y liebres.
ESPAMPLONEARSE*: Acción que tiene por fin el de contribuir al aumento de la comodidad y el bienestar del cuerpo de uno, tanto en el aspecto íntimo (eructo, ventosidad, etc.) como en el exterior (recostarse, desperezarse, etc.)
ESPARATRAPO*: Así debería llamarse esa especie de trapo que se pega, el esparadrapo. Por suerte los actuales, gracias a Dios, son más fáciles de despegar.
ESPARTILLO: Hojitas finas que cría la cebolla del azafrán al mismo tiempo o algo después de “salir la rosa”.
ESPERTUGÁ*: Repullo, estertor, movimientos últimos de un animal en las vísperas de su final, como las que da el gorrino en su momento de mayor protagonismo, el de la matanza. En los humanos se llama así a cualquier movimiento brusco. “Con el ruido, dio una espertugá”.
ESPICORRAO*: Se aplica a lo que tuvo picos o esquinas pero ya no los tiene.
ESPIGAR: Recoger las espigas que han quedado en el bancal después de la siega y el acarreo. Triste oficio, desempeñado solo por mujeres.
ESPINDARGA*: Fémina delgada y larguirucha. Se trata de un insulto con el que se compara a la mujer con la espingarda, un tipo de lanza de siglos atrás.
ESPOLIQUE: Según el DRAE es el talonazo que en el juego del salto da el que salta al muchacho que está encorvado.
ESPORTILLAR*: Desportillar, hacer involuntariamente un portillo, una muesca donde antes no lo había. Hablamos de platos, vasos, cacharros de la vajilla y del menage de la casa.
ESRABOTAR: 1.Quitar el rabo a un animal. 2. Arrancar o segar en los surcos transversales al final de la besana. Como eran comunes, el que más y el que menos, si podía, se hacía el remolón para “arrimarle” más parte a los otros.
ESTACO*: Garrote. Estaca de aspecto amenazante. Las mejores eran los de raíz de enebro o espino. A su lado los de tallo o de rama parecían una mariconada. Los que utilizaban los pastores eran temibles: bien largos y con una buena porra en la punta.
ESTARAVACO*: Estaco. Estaca.
ESTEZAR: Frotar con fruición. Es lo que hacían las madres para lavarnos la cara cuando éramos chicos. Cogían una toalla –o mejor un trapo limpio- y nos la restregaban bien restregá.
ESTEZARSE*: Frotarse ligeramente, rozarse con algo duro y hacerse algún pequeño rasguño o raspadura.
ESTEZÓN*: Herida superficial que se produce cuando uno se esteza como acabamos de decir.
ESTURREO*: Acción y efecto de esturrear lo que estaba junto. “Vaya esturreo de granzas que me habéis gobernao, ahora que las tenía tan recogidicas”.
ESTUTO*: Astuto. El colmo de la astucia parece ser el escabillo, una vulgar herramienta; de ahí el dicho local de “estar más estuto que un escabillo”.

F
FALDATE*: Hartazón, hinchacina de trabajar en las labores del campo con que continuamente se flagelaban nuestros antiguos. Ahora se usa más bien para indicar excesos en otros ámbitos, por lo común más placenteros.
FARGANDÁN*: Zángano, zaramingo poco trabajador.
FARRUCO: Chulo, displicente, desobediente. “No te pongas tan farruco, que te doy una fobetá”.
FOBETÁ*: Bofetada. Bofetá. El autor de esta variante bien pudo ser alguien que por las circunstancias que en ese momento le afectaran, no tuvo ni la paciencia ni la tranquilidad de ánimo para articularla correctamente. Admite aumentativo. “Si te doy un fobetón das más vueltas que un remolino”.
FOLLAGAS*: Vaina, impotente. Se le dice a los hombres faltos de fuerza para realizar determinadas faenas. “¡Quita deai, que ya no vales!¡Estás hecho un follagas!”.
FOLLARSE: 1. Emitir ventosidades silenciosas.2. Ringarse, venirse algo abajo, caerse.
FOLLETO*: Propiedad de lo que está menos apretado de lo que debiera. Los cursis de ahora suelen denominar eso mismo con la palabra “fofo”. “¡Hay que darle aire al balón que está folleto de más!”.
FORONDUSCA*: Proviene, por lo visto, de orondo y más cercanamente de forondo. Es un epíteto que se aplica a toda persona presuntuosa y vana.
FRANCACHELA: Juerga, jolgorio, fiesta nocturna.
FRITORIO*: Sesión nocturna y familiar dedicada a la fritura de los productos de la matanza: chorizos, lomo, etc.

G
GALAFATE: Trasto, elemento de cuidao, bicho, en fin, esas cosas que les decimos a los críos chicos con todo el cariño.
GALAYO: Chiquillo o muchacho de considerable altura. “Menudo galayo se ha hecho”.
GALUMBO*: Voz proveniente de balumba, que se usa para designar las cosas que ocupan mucho volumen, a veces demasiado. Era motivo de orgullo para algunos acarreaores “echarle mucho galumbo” de mies a los carros y galeras.
GANCHA: Racimo de uvas.
GANDUMBAS: Gandul, amigo de no ser presa del movimiento.
GANGARREO*: Acción y efecto de gangarrear, dar vueltas, perder el tiempo olímpicamente.
GARBANA*: Perrería, zamarrería, generalmente momentánea que abunda en los tiempos de las calorizas. Su forma correcta es galbana.
GARBEO: Paseo tranquilo y placentero.
GARFÁ: Lo mismo que garfa. 1. Puñado, cantidad que se coge con una mano. “Le dio una garfá de lentejas”. 2. Arañazo, herida que ocasionan los animales con sus garfas, con sus garras.
GARRANCHO: Pitón, rama corta y puntiaguda de los chaparros o de cualquier tipo de maleza.
GASQUETAS*: Gestos, burlas, cucamonas, que se les hace a los perros o a los niños chicos para una de dos: jugar con ellos o hacerles rabiar. “Deja de hacerle gasquetas al crío, que llora”.
GAZNÁPIRO: Persona torpe y poco diligente.
GOLISMERO*: El que practica eso de golismear, “informarse” con avidez de los asuntos –preferiblemente morbosos o negativos- de los demás.
GOLORÍN*: Otra denominación más fina es la de colorín y la correcta, jilguero, pájaro cantor, cada día más escaso por lo visto.
GRAMANTE*: Hilo fuerte de cáñamo exactamente igual que el bramante.
GRANZAS: Tercer producto que se recogía en las labores de la era. El más importante era el grano, después la paja y por último las granzas, el ribús que quedaba tras el acribado del grano.
GUAJERRO*: Gajuerro. Garganta, gaznate de personas y animales.
GUARIN: Nombre que se le da al más pequeño de los hermanos, tanto en el caso de los gorrinos como en el de las personas.
GUASCA: Bofetada, hostia, sopapo, tortón…Casi siempre se daban en número de cuatro.”Le dio cuatro guascas y se le acabaron los humos”.
GÜERO: Vacío. Se aplicaba a los huevos de gallina de los que no se podía sacar pollos.
GÜEVUDO: El que tiene muchos güevos, es decir, mucha terquedad, además de cabezonería.
GUINCHE: Objeto metálico, pequeño y curvo que es igualico, igualico que un gancho.
GUINCHONAZO*: 1. Golpe recibido con un objeto saliente o agudo. “Me di un guinchonazo en el pico de la mesa y me ha salío un moretón”. 2. Dolor, molestia: “De momento, me dió un ginchonazo en la barriga…”
GUISCARSE*: Rascarse, toquetearse, generalmente con fruición, en distintas partes del cuerpo como la entrepierna, o la boca. El motivo es confesable, cosquillas, molestias locales, algo que bulle…. “¡Deja de guiscarte en los dientes con el palillo que te vas a armar cantera!”.
GUISQUE*: “Le dio en el guisque y empezó a funcionar otra vez”. El quisque por tanto es el sitio exacto, el punto importante, el sitio debido o el quid de la cuestión.
GUITA: Cuerda fina hecha de esparto, como los vencejos, pero más larga. Era una actividad muy apreciada por las mujeres. Cuando el marido estorbaba solían decirle: “Anda, tira a hacer guita”.

H
HARTAZÓN: Aumentativo de hartazgo, no tanto de comer, sino más frecuentemente, de trabajar. Esta palabra está en desuso por la sencilla razón de que ha desaparecido en buena medida la causa que la propiciaba.
HASTIAL: Se le dice al varón que es burro, pollino y animal en grado sumo, tirando más bien a salvaje.
HEMORRAGIA: Para Pepe el Morete, consecuencia negativa del abuso de algunas actividades o vicios. “Cuidao con lo que bebes, que luego viene la hemorragia”.
HITA: Piedra plana. Cuando más se nombraba es durante la práctica del juego de la bolea. El “picar” la bola en la hita proporcionaba mayor velocidad al lanzamiento.
HOGAÑO: En este año, en los tiempos de ahora, no en los de antaño.
HOLGUERO*: Se le aplica a la prenda que nos viene ancha ¡Vamos que cabe uno de sobra!
HÓSPITA*: Interjección y eufemismo que se usaba en ámbitos o personas remilgadas para expresar sorpresa.
HORCO*: Ristra de ajos que en otros sitios llaman horca.
HORTAL: 1. Huerto. 2. Lo sembrado en el huerto. “Este año he sembrao un poco hortal en el Puente Largo”.
HUESARRANCO: Término aumentativo y despectivo para los huesos de la personas delgadas. “No tié más que huesarrancos”.

I
IGÜEDO: Estar hecho un igüedo es estar alelao, no enterarse mucho de la película, estar en otro mundo.
IMPEDÍN*: Eccema, sarpullido de la piel, sobre todo en manos o cabeza.

J
JARO: Animal, y por analogía, persona que tiene el pelo claro o rubio.
JINJOLIO*: Comistrajo, comida de malas composturas, y peor presentación.
JIPAR*: Observar, ver cualquier persona o acción que pretendía pasar desapercibida.
JUGUESCA*: El juego. “El crío esta enjuguescao, no le gusta más que la juguesca”. Esta voz está presente en la versión local del romance de Gerineldo: “…en medio de la juguesca los dos quedaron vencidos”, aunque estos juegos no son cosa de niños precisamente.

L
LAMBREO*: Golpe de no poca intensidad que se da con la ayuda de un garrote, una vara o cualquier objeto de alguna contundencia.
LAMPAYO*: Terreno o paraje de bastante extensión. “A mí me gusta cazar porai, por esos lampayos”.
LEBRASCO*:1.Liebre grande. 2. (pillar un) Acción y efecto de caerse, caída, trapajá. “Menudo lebrasco pilló”.
LEJÍO: No es un tipo especial de lejía, sino un sinónimo de arreñal. Degeneración local de ejido, terreno inculto que rodea una población.
LENGUALARGA*: Chivato, bocarán, poco amigo de guardar secretos, al menos los ajenos.
LENGUAZA: Hierba de más que mediano porte, muy abundante en la vega, cuyas hojas tienen forma de lengua y la parte superior “peluda”.
LEZNA: Herramienta puntiaguda de pequeño tamaño que usaban los hombres en sus labores caseras. Los jóvenes también la usaban pero solo por Navidad en este villancico:

En el portal de Belén,
hay un hombre haciendo botas,
se le ha escapado la lezna,
y se ha pinchado las pelotas.

LILAILAS: Persona voluble, inconstante y de poco fiar.
LLENARSE: Mancharse, emporcarse la ropa. “¿Dónde te has metío pa llenarte así los pantalones?”.
LLUECA: 1.Clueca, gallina procreadora.
2. Mujer farruca, fresca, chula.
LOBA: 1.Pequeño espacio que permanecía sin labrar en la labor y que en el tiempo del arranque o la siega provocaba un pequeño descanso en quién la tenía y envidia en los demás.2. Mujer sumamente ansiosa. 3. Mujer sumamente trabajadora. “Es una loba pa tó lo que se pone”.

M
MACHORRA: Aquí como en México se le aplica a la mujer de aspecto, trazas, o gestos propios del varón. También, como en buena parte de España, se le llama así a la mujer estéril. Al ser este un término propicio al insulto, no es extraño oír degeneraciones del vocablo como “machorruza”.
MAGANTO: Se aplica a las personas y a los animales que han perdido buena parte de sus carnes y presentan un deterioro palpable en su apariencia.
MALAFOLLA*: Bordería, mala intención, malafollá, que dirían los granaínos.
MALCORNAO*: Se le dice al que no guarda las composturas, al poco amigo de las convenciones sociales y la buena educación.
MALTRAZAO*: Adjetivo para resaltar las virtudes estéticas del desastrao, del “adanaco”.
MANÁ*: Manada, cantidad de alguna cosa que cabe en una mano, especialmente de cereales en el momento de la siega. “Pa que te cunda segar, ties que hacer las manás grandes”, era el primer consejo para el primerizo en ese oficio.
MANIJERO: Persona encargada de la cuadrilla en las faenas agrícolas. En el arranque y en la rosa, solían ser mujeres. En la siega, siempre hombres.
MANTECOSA: Torta de manteca que se elaboraban en las casas cuando llegaba la Navidad.
MASCULILLO: Juego infantil consistente en golpear las nalgas de la “víctima” contra un objeto duro.
MASIAO*: Seudogentilicio despectivo para referirse a los del Robledo que se utilizaba en las poblaciones cercanas. También “demasiao”. El origen parece estar en el abuso por parte de algunos vecinos del Robledo de esta palabra en la conversación usada casi siempre como interjección.
MATACÁN: 1. Liebre de patas especialmente largas.
2. Encina pequeña, chaparro fino.
MATACHÍN: Matarife. Persona muy apreciada a nivel local. Iba sólo una vez al año pero en la mejor ocasión.
MAULA: Palabra poco usada en la actualidad que servía para designar al hombre tramposo, quejicoso, embustero, blando, cobarde y de otras “virtudes” similares. Como siempre hay algún hombre de este jaez, fue muy socorrido como mote.
MEJUNJE: 1. Crema, ungüento, potingue que se emplea para mejorar el aspecto de la que se lo pone. 2. Comida que no tiene muy buen aspecto que digamos.
MELFO*: Belfo. Persona o animal que tiene el labio inferior más abultado.
MELGO: Mellizo, gemelo.
MELSA: Bazo del cerdo. Se le tenía en cuenta única y exclusivamente para la elaboración de los embutidos caseros.
MENGAJO: 1. Trozo pequeño e inservible de tela o de ropa, trapo. 2. Persona de similares características a las descritas.
MENUDANCIA*: Menudencia, cosa de poco valor o estima.
METIJACO*: Bacín, noticiero, metomentodo.
METÍOS*: Meneos, sacudidas, pequeños movimientos mal trazados. “Yo, los colchones los mullía a lo ligero, dos metíos por aquí, otros dos por allá… ¡y ya está!”.
MIELGA: Planta de suave tacto muy apreciada por los animales.
MILINDRES: Se dice por melindres, exceso de suavidad o blandura en las formas. Aquí se aplica a la persona melindrosa.”Fulana es una milindres”.
MIMBREARSE*: Oscilar, realizar movimientos alternantes a uno y otro lado.
MISTO: Semen. Fluido transmisor de la descendencia en los varones.
MOCARRA: Insulto que se aplica al temeroso, al vacilante, al que tiene menos valor o valía de la que el sujeto dice tener. “Allí se vio, perfectamente que era un mocarra, un mochuelo”.
MOCHUELO: Insulto o menosprecio, similar al anterior.
MODORRA: Estado general en que se sume la persona que anda despistada, inactiva, como deprimida. “Espabila que estás modorra”.
MONDAURA*: Mondadura, piel no comestible de cualquier fruta u hortaliza que se echaba al corral para que su aprovechamiento por los animales, o al puchero del amasao, para lo mismo.
MONDONGUERA: Mondongo. Conjunto formado por el estómago y los intestinos de los animales que se sacrificaban. El del cerdo se utilizaba para la elaboración de los embutidos caseros.
MONTONÁ*: Cantidad grande, muy grande. “Se ve que a uno de Munera le han tocao una montoná de millones de pesetas”.
MOÑIGÁ*: Conjunto de todos los moñigos que dejan algunos animales rumiantes, una vaca, por ejemplo.
MOÑIGO*: Boñigo, excremento propio del ganado mayor y más en concreto cada una de las “bolas” que suelen expulsar. También se aplica a una gran deposición humana.
MOQUERO: Pequeño lienzo de bolsillo que las madres se empeñaban que los niños usaran para limpiarse los mocos. ¡Con lo fácil que resultaba quitárselos con la manga, o con el dorso de la mano!
MORCIGUILLO: Murciélago, ni más, ni menos.
MOSCAPERRO*: Mosca curiosa, grande, pesada y fácil de eliminar si se busca en el animal que la lleva, que no es el perro, sino asnos, mulos y caballos.
MOSTRENCO: Persona de considerable altura y por ello desgarbado y lento.
MUCHACHO: Interjección, muletilla que antes se usaba en lugar de, por ejemplo, nuestros “joder” u “hostia” actuales. “Cuando vio la vaca, muchacho, empezó a correr…”.
MULERO: Robledeño, pseudogentilicio para designar a los naturales de Robledo según información recogida por Camilo José Cela .
MURUECO: Se le atribuye esta calificativo a la persona poco afable, que va a lo suyo y es parco en palabras o agrados. Es la forma antigua de morueco, borrego.

N
NOVIEZ*: Noviazgo, periodo de ilusiones y esperanzas de los novios. Todo lo contrario para las madres de las novias.
NUBE: Tormenta. Cuando llegaban los chiquillos eran sometidos a la fuerza, a la quietud y al recogimiento, únicamente perturbado con las oraciones que las mujeres dedicaban a Santa Bárbara o a San Bartolomé.
NUBLO: Tormenta, “nube”, pero no de las normales sino de las temibles, que afortunadamente venían muy de tarde en tarde. Este vocablo se utiliza para ponderar las largas esperas. “¡Tié novia, pero va a verla cuando cae un nublo!”.

Ñ
ÑORDA*: Excremento humano. Si es de calibre mayor al usual se le llama de la manera más lógica que podíamos esperar, esto es, ñordón.
O

¡ODO*!: Interjección de uso infantil y también femenino, para expresar asombro. Antes los tacos estaban muy mal vistos en estos segmentos sociales.
LLERO: Pequeño recipiente de esparto con un asa larga de lo mismo que se utilizaba para llevar la olla o el puchero con la comida.
ORAJE: Palabra en desuso, sustituida por tiempo. Como en los sesenta no había tele en nuestras casas, mi padre, antes de acostarse, salía siempre a la puerta de la calle con el mismo argumento: “Voy a ver qué oraje hace”.
ORILLAR: Poner a un lado, quitar de en medio.”Oríllate, que pase con la bici”.
OSCURANGANAS*: Grado máximo de oscuridad, sobre todo si se le presupone una utilidad amorosa.
OVEJO*: 1. Despectivo aplicado a personas, animales o cosas. Se aplica a la mujer o al hombre que no se entera, al tonto, al poco espabilado. 2. También a la oveja o al carnero desobediente o esmirriado.
Casos similares en que se altera el femenino por un masculino impropio se presentan en otros animales, así es frecuente escuchar “cabro”, “vaco” o “gallino”, “ratusco”, “culebro”, ”lechuzo”, “lebrasco”…., siempre con connotaciones negativas. En lo que toca al mundo inanimado solemos decir el “carretillo”, el “bicicleto” o el “maquinario” cuando manejamos artículos de estos que no nos ofrecen mucha confianza.

P
PA*: Voz de origen onomatopéyico que se usaba en lugar de beso. ¿Me das un pa? se les decía a los críos de algunos meses.
PAER*: Es una pared cualquiera aunque su empleo es más adecuado cuando se refiere a la que encuentra en mal estado.
PALABRUSCO*:1. Palabra gruesa, malsonante, blasfemia 2. Palabra incorrecta, vulgarismo, “patada al diccionario”. 3. Insulto, ofensa.
PALILLA: Tabla delgada y de un metro aproximado de longitud que se utilizaba para llevar los panes y los dulces al horno para su cocción.
PANDE*: Para donde. “Me hice tal lío que no sabía pande tirar”.
PÁNFILO: Persona ingenua y nada maliciosa, y por ello objeto fácil de burlas.
PANOCHA: 1. Panoja, mazorca o piña del maíz.
2. Muchacha a la que parece que le ha dado un aire. Atolondrada. También se usan sus parientes panochona y apanochá.
PANSÍO: También pansidico 1. Lo que ha madurado en exceso, de tal manera que está “hecho gacha”. Se aplica a la fruta.
2. Tejido, o cualquier urdimbre que ha perdido hilos o tersura. “El pobre llevaba un camisón pansidico por el cuello y los codos”.
PARÉ*: Exactamente lo mismo que paer*.
PARTÁ*: Antojo, ocurrencia, capricho.”Y entonces le dio la partá de ir a buscar cagarrias”.
PATIBOLEO*: Periquete, lapso mínimo de tiempo. “Espera que me lo como en un patiboleo”.
PEAL: 1. “Complemento” del vestido de las gentes del campo que es un trozo de piel curtida y flexible, de tejido o de bayeta, que se lía en la pierna abrazando la parte baja de los pantalones y que se recoge mediante las calzaeras. También se dice pial*.
2. Se usa también como insulto para denigrar al viejo e inútil.
PEDRAGAL*: Terreno abundante en piedras, pedregal.
PEJIGUERA: Tarea trabajosa y de poco provecho.
PELAMBRERA: Una de dos: o mucho pelo o pelo largo.
PELENDENGUES*: Bolsas genitales ubicadas en el bajo vientre –algunos los tienen mucho más arriba-.
PELIJARO*: Persona o animal de pelo jaro, es decir, colorao o muy rubio.
PELILOTO*: Enajenación, locura transitoria, o demencia por la acumulación de los años. “No le hagas caso, que está peliloto después de aquello”.
PELLÁ*: Pellada. Cantidad de material, por ejemplo yeso, que cabe en una mano abierta con la que repellar, enfoscar o enlucir una pared o tabique.
PELLÓN (hecho un): 1.Si lo referimos a personas, vago, perezoso.
2. Si lo referimos a cosas de comer, espeso, menos caldoso o suelto de la cuenta. “El arroz le ha quedado hecho un pellón”.
PELUNCHÓN*: Aplicase a lo que tiene forma larga y delgada a modo de hilo y sobre todo a los estambres de la flor del azafrán.
PENCALEAERO*: Sufrimiento, trabajo esforzado, carga penosa de llevar.
PENCALEAR*: lo mismo que apencar, apechugar. “¡Hay que pencalear con lo que venga, hija”.
PENDINGUE: (tomar). Tomar careo, tomar puerta, salir de casa….
PENDONICIO*: Estado continuado de disfrute de los más diversos placeres con escaso miramiento de la honra propia, a juicio de los ojos ajenos. Se aplica sólo a las mujeres, a pesar de que los hombres han sido siempre más proclives a los excesos.
PEÑACINA*: ¡A quien se le diga que las peñacinas, es decir el tirarse piedras unos chiquillos a otros era una de las diversiones más excitantes! Los dos bandos en pugna casi siempre eran los mismos: los de arriba contra los de abajo; es decir los residentes en Canaleja, de la plaza para arriba y los del Cubillico contra los de los barrios bajos.
PEPERRALAS: Debían ser como la antesala del infierno a juzgar por las expresiones en que se utiliza.
PERA: Diabólico invento que se iluminaba al mismo pellizcar en un punto concreto de la pared, que además era en muchas casas el único y solía estar en la cocina (sala de estar, podríamos decir hoy). Luego se iluminaron las habitaciones y por último –y seguro que todavía hay algunas a oscuras- las cámaras.
PERDIZO*: Manera más económica en palabras para denominar al macho de perdiz.
PERICONES: Eran unos dulces alargados, de masa y recubiertos de clara de huevo montada y azúcar.
PERIFOLLA*: La perifolla es a determinados semillas lo que el perifollo a determinadas chicas, una bonita envoltura y poco más. La perifolla por antonomasia es la del panizo. Una vez despegada de su posición se ataba a otra perifolla formando una pareja de mazorcas de maíz que después se colgaban, terciadas, en una viga o se hacía un fraile, aprovechando un palo en posición vertical.
PERIÑÁN*: Perillán, astuto, taimado, listo. Se usaba con los niños adoptando dos significados distintos según la edad. Si el periñán era pequeño es un término cariñoso; pero si era mayorcico, todo lo contrario.
PERNALA*: Trozo menudo de pedernal, un tipo de piedra presente por ejemplo en la trillas.
PERNIL: Forma tradicional y muy usada en el tiempo para nombrar al jamón. En todas las casas, y en la artesa, un gran recipiente abierto de madera, se ponían en sal durante unos meses tras la matanza los brazuelos y los perniles del gorrino.
PERNIQUEBRAR/SE: Romperse una pierna.
PERREQUEQUE*: 1. Patatús, telele, soponcio, indisposición momentánea por causas naturales y de consecuencias diversas. 2. Cabezonería, cansinamiento.”Me trae un perrequeque toda la mañana con ir a Cortes!”.
PERRERÍA: Estado en el que se haya el perro, pero no el de cuatro patas, sino el de dos. Es de pronóstico grave en el verano, y a pleno sol.
PERRO: Llámase así al gandul, al indolente, al inoperante, al zamarro.
PESAMBRE*: Pesadumbre, disgusto mayor y más duradero que el de tamaño mediano. “Si hubiera sabío que ibas a tomar pesambre, no te lo digo”.
PESCUÑO: Trozo hermoso y a la vez informe de una materia comestible. “¡Se zampó un buen pescuño de pan y cuatro tajás”.
PIAZO*: 1. Bancal, parcela, suerte.”Tengo los garbanzos sembraos en mi piazo del haza El Tesoro”. 2. Pedazo, trozo, peazo*.
¡PICHO!: Es lo contrario, tan contrario como el día y la noche, a ¡tuba!
PIJO: Órgano genital de la persona, de aquí que a todos se les pueda decir: “Fulano -o mengana-, tócate el pijo”.
PIMPLE*: Acción y efecto de empinar el codo.
PINACHO* (hacer): También hacer un pino. Enderezarse, empingorotarse, levantarse de manera breve y para ligero descanso de su riñonera el que estaba agachado, trabajando en cualquier faena del campo.
PINDONGA: Señora aficionada a la calle y a la noticia, devota por tanto del pindongue.
PINDONGUE*: Pindongueo. Tiempo que se dedica al bureo, la fiesta y el cachondeo.
PINGO: Persona, que le gusta la calle, las cuatro esquinas, la noticia. Se aplica más a mujeres, sin duda por nuestra tradición machista, esa que gustaba tener la mujer “con la pata quebrada y en casa”.
PIÑA: Mazorca, panocha, fruto del maíz.
PIRRE*: Ojo. Se emplea también en sentido figurado. “¡Abre bien el pirre que te engaña!”.
PISPÁS*: Brevísimo periodo de tiempo similar a un santiamén.
PIUJAR: Trozo pequeño de tierra o lote de ganado que el amo daba a su asalariado como complemento de la exigua paga. Se dice que a veces se daba para aplacar conciencias por otros abusos.
POLVARETA*: Polvareda, mucho polvo.
POS*: Pues.
PRINGUERA*: 1. Recipiente para guardar la pringue, el aceite usado y requeteusado. 2. Reflujo interior desagradable provocado en la digestión de alimentos grasientos.
PRISERA*: Lo mismo que prisas, ni más ni menos. Se usa también en plural: “Dónde vas con esas priseras”.